Si aún no habéis hecho vuestra propia pizza en casa esta receta va a ser clave para que deis el paso. Es súper fácil de hacer, requiere de muy poquitos ingredientes y está brutal. ¡Es la forma perfecta de daros un buen capricho! Una base crujiente y un interior jugoso y bien quesoso, ¡ñam!

Para mí la pizza perfecta no debe llevar muchos ingredientes, de hecho, me gusta cuantos menos mejor. Añadirle ingredientes en exceso hará que pese demasiado, que no aprecies el sabor de los ingredientes per sé y que no haya forma humana de meterle mano, ya que los ingredientes acabarán más en el suelo que en tu boca jajaja.

También quiero daros unos cuantos trucos para que no haya pizza que se os resista:

1. Una buena fermentación de la masa será crucial para que tenga un buen alveolado, sea ligera y crujiente, por eso es fundamental respetar los tiempos de fermentación y adaptarlos en la medida de lo posible a vuestras propias condiciones ambientales.
2. Cuando vayamos a estirar la masa es importante no desgasificar en exceso para no perder las burbujas de aire en el interior. Para ello, en vez de usar rodillo es aconsejable estirarla con nuestras propias manos y con movimientos circulares.
3. Tradicionalmente las pizzas se han cocido en hornos de leña, así que la mejor forma de simular ese proceso con nuestro propio horno es usando la temperatura máxima posible y colocando la pizza en la rejilla inferior.
4. La elección de los ingredientes también juega un papel crucial, intentad que no tengan alto contenido en agua ya que estos harán que la pizza parezca un manantial y la masa no se cocine correctamente y quede medio cruda.

Ingredientes:

Para la masa (sale masa para 2 pizzas):

• 420g de harina panadera
• 80g de harina integral de espelta
• 320g de agua tibia
• 20g de aceite
• 10g de sal
• 4,5g de levadura seca de panadería

Toppings:

• 1 calabacín
• 1 tarrina de queso crema
• 1 mozzarella fresca
• 1 cucharada de orégano seco
• 1 cucharada de sésamo negro (opcional)
• Aceite de oliva
• Rúcula
• Cayena en polvo

Procedimiento:

1. En un bowl pequeño diluir la levadura seca de panadero y el agua y dejar reposar al menos 5 minutos.
2. En un bowl más grande añadir los dos tipos de harina y la sal. Una vez transcurridos los 5 minutos del agua y la levadura, añadir esta mezcla a la harina y la sal junto con el aceite.
3. Amasar durante 5-10 minutos haciendo movimientos envolventes. Dejamos reposar 10 minutos cubriendo el bowl con un trapo húmedo. Transcurridos estos minutos veremos que la masa está mucho más homogénea y es más elástica.
4. Le damos un amasado rápido de un par de minutos más y dejamos que fermente hasta que aproximadamente haya doblado su volumen, lo cual variará mucho en función de la temperatura ambiente (lo ideal sería en torno a 25ºC, así que coloca el bowl en un sitio lo más templado posible. Un truco es encender el horno durante 5 minutos para que coja un poco de temperatura, apagarlo y dejar el bowl dentro, así simularemos esa temperatura). Transcurridas unas 2-4 horas la masa debería estar lista para darle forma.
5. Precalentamos el horno a 250ºC y colocamos la bandeja vacía en la parte inferior.
6. Enharinamos la superficie donde vayamos a trabajar, dividimos la masa en dos, boleamos ligeramente cada una y empezamos a estirar usando nuestras manos. Yo uso mis manos ligeramente abiertas y hago movimientos circulares hacia la derecha (o izquierda si eres zurdo). Intento no presionar los extremos de la pizza para que quede ese borde crujiente que me encanta.
7. Traslado la base a un papel de horno con mucho cuidado y le añado las semillas de sésamo negro sobre todo por la parte de los bordes.
8. Una vez el horno esté caliente introducimos la base en la rejilla inferior durante aproximadamente 10 minutos o hasta que veamos que la parte de abajo está dorada.
9. Sacamos la base y añadimos los ingredientes que van a ser: 2-3 cucharadas de queso crema, láminas finas de calabacín, queso mozzarella desmenuzado, un chorreón de aceite, un poco de orégano y cayena en polvo.
10. Volvemos a meter la pizza en el horno, pero ahora en la parte superior y usando el grill por 5-8 minutos o hasta que el queso se haya derretido y esté dorado.
11. Sacamos del horno y añadimos rúcula fresca. ¡Lista para devorar!

Bon appétite!